Historia

Guardianes de un legado que sigue vivo

Nuestra historia comienza mucho antes de que existiéramos como
marca. Los terrenos donde hoy se asienta Finca La Torre formaron parte
de Singilia Barba, una ciudad romana situada al noroeste de Antequera.
De aquel pasado aún permanecen restos visibles —columnas y
fragmentos del antiguo torcularium, la prensa donde se elaboraba el
aceite— que nos recuerdan que este lugar ha respirado olivo y sabiduría
agrícola durante más de dos mil años.

Siglos después, en época nazarí, los árabes levantaron en el Cerro del Cuchillo la torre vigía que dio nombre a la finca. Aquella atalaya, símbolo de vigilancia y protección, sigue siendo el emblema de nuestra identidad.

La etapa moderna de Finca La Torre comenzó en 1998, cuando la finca
adoptó el nombre de Finca La Reja S.L. y dio sus primeros pasos hacia la
agricultura ecológica y biodinámica. En 2010, bajo la dirección de
Agrifutura Holding AG, se emprendió una profunda transformación
técnica y humana con un propósito claro: elaborar uno de los mejores
aceites de oliva virgen extra del mundo.

Desde entonces, la historia se escribe campaña tras campaña. En 2014
culminó la ampliación de la almazara, se creó el departamento comercial
y Finca La Torre inició su expansión internacional. Hoy, exportamos
nuestro aceite a más de 25 países, manteniendo intacto el espíritu de
quienes un día comenzaron a cultivar estas tierras: unir el conocimiento
ancestral y la innovación contemporánea en cada gota de AOVE.

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